Shameem Akhter, 18 años. |
Entre los musulmanes la expresión crimen de honor designa el castigo de una mujer por parte de miembros de su familia, o miembros de la comunidad en la que vive, que consideran haber sido previamente deshonrados por la víctima.
Los castigos más usuales son quemarla viva, rociarla con ácido, estrangularla, degollarla y lapidarla.
Entre los principales móviles se encuentran el rechazo de un matrimonio concertado, el haber sido víctima de una agresión sexual, buscar el divorcio, o cometer adulterio. De acuerdo con el informe anual del organismo, 913 mujeres (99 de ellas menores de edad) fallecieron en este tipo de incidentes, aunque el documento alerta de que el número puede ser mayor ya que se sospecha que muchos casos pasan desapercibidos. La mayoría de las víctimas, más de 600, fueron asesinadas tras ser acusadas (a menudo sin pruebas) de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, y casi 200 murieron por haberse casado sin el consentimiento familiar. Los perpetradores fueron en la mayoría de casos familiares cercanos, generalmente el marido, un hermano o el padre de la víctima.
El informe repasa exhaustivamente la situación de los derechos humanos en el país y denuncia violaciones en diversos apartados, como las desapariciones forzosas de personas a manos de las agencias de seguridad o la violencia contra las minorías religiosas. "Más allá de los datos, lo que nos preocupa mucho son las tendencias, que son cada vez más negativas", afirmó durante la presentación del informe el secretario general de la HRCP y veterano defensor de los derechos cívicos en el país asiático, I. A Rehmán. "2012 ha sido un año en el que nuestra democracia ha estado sometida a una enorme presión, con un poder judicial que ha intentado defender algunos derechos, pero que se ha visto obligado a aceptar sus limitaciones", lamentó Rehmán.
Irum Saeed, 30 años. Foto tomada en su oficina de la universidad Urdu de Islamabad, Pakistán, el jueves 24 de julio de 2008. Irum presenta quemaduras en su cara, espalda y hombros desde hace doce años cuando un hombre, que había rechazado en matrimonio, le lanzó ácido en el medio de la calle. Ha sido operada 25 veces en un intento de eliminar sus cicatrices.
El informe repasa exhaustivamente la situación de los derechos humanos en el país y denuncia violaciones en diversos apartados, como las desapariciones forzosas de personas a manos de las agencias de seguridad o la violencia contra las minorías religiosas. "Más allá de los datos, lo que nos preocupa mucho son las tendencias, que son cada vez más negativas", afirmó durante la presentación del informe el secretario general de la HRCP y veterano defensor de los derechos cívicos en el país asiático, I. A Rehmán. "2012 ha sido un año en el que nuestra democracia ha estado sometida a una enorme presión, con un poder judicial que ha intentado defender algunos derechos, pero que se ha visto obligado a aceptar sus limitaciones", lamentó Rehmán.
Shameem Akhter, 18 años. Foto tomada en su hogar en Jhang, Pakistán, el miércoles 10 de julio de 2008. Shameem fue violada a los 15 años por tres hombres que luego le lanzaron ácido. Ha sido operada de cirugía plástica 10 veces en un intento de mitigar los daños.
Asma Jahangir, abogada que presidió la Comisión y destacada activista, achacó la mala situación de los derechos humanos en Pakistán a "un ambiente" caracterizado por el "mal gobierno del país" y por "el peso de instituciones no elegidas por el pueblo". "Vemos cómo no para de crecer la violencia de todo tipo en nuestro país", afirmó Jahangir, quien denunció que "el terrorismo basado en explotar una determinada visión religiosa se nutre de una creciente religiosidad de los ciudadanos". "Es hora de que asumamos también nuestra responsabilidad en todo este problema", reclamó la expresidenta de la HRCP, que recordó que, por ejemplo, que muchos justifican el terrorismo en Pakistán por los ataques con aviones espía de EEUU. "Ha muerto muchísima más gente en Pakistán por ataques terroristas que por "drones", recordó Jahangir, y añadió que "el terrorismo ya existía en Pakistán mucho antes de que hubieran aviones espías".
Las constantes denuncias de Jahangir contra el aparato de seguridad del país y contra el discurso integrista que permea la sociedad paquistaní le han valido numerosas amenazas de muerte, y el año pasado su entorno lanzó una alerta para promover su protección. A pesar de todo, Jahangir se mostró optimista sobre el avance de los derechos humanos en su país, "ya que nadie puede parar a la gente cuando empieza a reclamar sus derechos", y puso como ejemplo el progreso experimentado por las mujeres en las últimos décadas.
Las constantes denuncias de Jahangir contra el aparato de seguridad del país y contra el discurso integrista que permea la sociedad paquistaní le han valido numerosas amenazas de muerte, y el año pasado su entorno lanzó una alerta para promover su protección. A pesar de todo, Jahangir se mostró optimista sobre el avance de los derechos humanos en su país, "ya que nadie puede parar a la gente cuando empieza a reclamar sus derechos", y puso como ejemplo el progreso experimentado por las mujeres en las últimos décadas.
Shehnaz Usman, 36 años. Foto tomada en Lahore, Pakistán, el domingo 26 de octubre de 2008. Shehnaz fue quemada con ácido por un pariente debido a una disputa familiar hace cinco años. Ha sido operada 10 veces.
Saira Liaqat, 26 años. Posando con su fotografía antes de ser quemada en su casa de Lahore, Pakistán, el miércoles 9 de julio de 2008. Cuando tenía 15 años su familia la casó con un pariente y se acordó que vivirían juntos cuando ella terminara sus estudios en la escuela local. Su marido la quemó cuando ella se negó a dejar la escuela e irse a vivir con él. Ha sido operada en 9 ocasiones.
Fotos de Emilio Morenatti, Associated Press.
Qué barbaro estas mujeres, que pena que tienen que vivir en ese país.
ResponderEliminarEsto es el colmo de cobardia nadie se merece pasar por esto estos hombres son peores que animales merecen la muerte por esto
ResponderEliminary sí, y hogalá que se mueran todos muyyyyy pronto.
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