martes, 12 de agosto de 2014

La batalla de Piribebuy. Esta ciudad fue escenario de la crueldad sin límites de la guerra, 20.000 soldados aliados contra 1600 almas paraguayas que prefirieron pelear hasta morir antes que rendirse. Los valientes y sufridos habitantes de Piribebuy opusieron el coraje, el desprendimiento y la redención...

Cuando el conde D'Eu intimó rendición al Comandante de la Plaza de Piribebuy, Pedro Pablo Caballero, el 11 de agosto de 1869 recibió la correspondiente respuesta negativa: "Estoy aquí para pelear y si es necesario morir; pero no para rendirme" 

Al día siguiente los ejércitos aliados iniciaron recios bombardeos lanzándose luego al asalto de la plaza de Piribebuy con sus 20.000 soldados contra los 1600 paraguayos que en su mayoría eran niños adolescentes, mujeres y ancianos. Este episodio guerrero, que se enmarca en lo que se conoce en la historia paraguaya como la Campaña de la Cordilleras, es descrito por el historiador Efraím Cardozo de la siguiente manera "dos mil almas, la mayor parte ancianos, niños y mujeres, se enfrentaron a unos veinte mil hombres de la Triple Alianza". Una enorme cantidad de pobladores de Piribebuy que se negaron a someterse a las tropas enemigas, comandadas por el militar brasileño conde D'Eu, sucumbieron en las calles de la ciudad cordillerana. Un grupo de niños de la "Reducto Escuela" de la ciudad, liderados por el maestro Fermín López, se enfrentó valientemente contra las tropas adversas. Parte de los archivos nacionales que estaban en la biblioteca de la ciudad fue quemada y otra parte robada por las tropas brasileñas. Dichos documentos se encuentran actualmente en Itamaraty, la sede de la Cancillería de Brasil.


 Al día siguiente los ejércitos aliados iniciaron recios bombardeos lanzándose luego al asalto de la plaza de Piribebuy con sus 20.000 soldados contra los 1600 paraguayos que en su mayoría eran niños adolescentes, mujeres y ancianos. Este episodio guerrero, que se enmarca en lo que se conoce en la historia paraguaya como la Campaña de la Cordilleras, es descrito por el historiador Efraím Cardozo de la siguiente manera "dos mil almas, la mayor parte ancianos, niños y mujeres, se enfrentaron a unos veinte mil hombres de la Triple Alianza". 



La Batalla: Recibida la intimación de las poderosas fuerzas atacantes, se presentó batalla luego de soportar un bombardeo de cinco horas llevado a cabo por el coronel Mallet quien contaba con 47 piezas de artillería. Tomaron parte en la batalla el propio Conde D Eu, el general Joâo Manuel Mena Barreto, el general Vitorino y el general Correa da Camara. El ejército brasileño disponía de veinte mil combatientes. Seguidamente se desarrolló en las trincheras una lucha cruel y desigual. Sus defensores lucharon con ferocidad; hasta las mujeres defendían la plaza, armadas con botellas rotas y piedras. Quedan registrados algunos nombres de aquellas heroínas, Basilia Domeque, Cándida Cristaldo, sargento Anita Segovia, sargento Hilaria Medina y sargento Venancia Acosta. La resistencia de los paraguayos fue tan tenaz como heroica. Los aliados varias veces rechazados, volvieron a la carga, hasta conseguir abrir una brecha en las trincheras, cuando las mujeres habían sustituido a los soldados paraguayos muertos y cargaban sus cañones, ya sin proyectiles, con frutas de coco, piedras, vidrios y arena. La matanza fue espantosa. El cauce del arroyo Piribebuy quedó colmado de cadáveres. 


El ejército brasileño disponía de veinte mil combatientes. Seguidamente se desarrolló en las trincheras una lucha cruel y desigual. Sus defensores lucharon con ferocidad; hasta las mujeres defendían la plaza, armadas con botellas rotas y piedras. Quedan registrados algunos nombres de aquellas heroínas, Basilia Domeque, Cándida Cristaldo, sargento Anita Segovia, sargento Hilaria Medina y sargento Venancia Acosta. La resistencia de los paraguayos fue tan tenaz como heroica.

Incendio del Hospital de Sangre. Luego de la encarnizada defensa por espacio de cinco horas en las que se vivieron auténticos episodios de entrega y patriotismo, se produjo la ocupación de Piribebuy. En los bajos del arroyo Mboreví se habían rechazado las dos primeras embestidas enemigas, sucumbiendo en ellas los dos tercios de los defensores. En las últimas acciones de la lucha fue muerto de un balazo el general brasileño Joâo Manuel Mena Barreto, comandante en jefe del 2º Cuerpo de las tropas imperiales.  Este episodio tuvo consecuencias desmedidas e impropias de parte del ejército brasilero: el degüello del jefe de plaza coronel Caballero, en presencia de su familia, el holocasto de los prisioneros y el incendio del hospital, donde perecieron carbonizados casi todos sus ocupantes. Estas acciones fueron ordenadas por el Conde Gastón de Orleans, Conde E’u. Piribebuy fue escenario de la crueldad sin límites de la guerra. A las calamidades propias se sumaban el hambre y la peste. A ellas los valientes y sufridos habitantes opusieron el coraje, el desprendimiento y la redención. 


El sangriento Conde de D’Eu vengó las pérdidas sufridas, entre las que se incluye la muerte de su amante, mandando degollar al comandante Caballero, al mayor Mariano López y a numerosos prisioneros y heridos. Y para completar su horrenda barbarie, mandó incendiar el Hospital de Sangre “manteniendo en su interior los enfermos – en su mayoría jóvenes y niños.

Publicado por Silvio Rafael Rojas Duarte

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